La entidad alerta sobre graves riesgos en el proyecto Vive Claro

La entidad alerta sobre graves riesgos en el proyecto Vive Claro:

“Ignorar estas advertencias expone directamente a la población a escenarios que podrían traducirse en pérdidas humanas”

 

Bogotá D.C., septiembre de 2025. El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) emitió un informe técnico tras visitas de inspección y revisión documental al proyecto Distrito Verde – Vive Claro, en el que se revelan serias debilidades técnicas y posibles fallas estructurales que ponen en riesgo la seguridad de miles de asistentes. El documento evidencia inconsistencias, ausencia de diseños definitivos y un escenario de alta vulnerabilidad frente a fenómenos naturales, con potencial de generar colapsos y accidentes de gran magnitud.

Riesgos estructurales: graderías con alto potencial de fallar

Uno de los hallazgos más críticos del IDIGER está relacionado con las graderías modulares instaladas en el escenario. Durante la inspección se constató que muchas de las cuñas — piezas clave para el anclaje de los andamios— no habían sido colocadas correctamente. El propio fabricante advierte en etiquetas visibles que “las piezas sueltas debido a una falla al colocar las cuñas en su lugar podrían causar lesiones graves o la muerte” (p. 24). Pese a esta advertencia, se encontraron múltiples ejemplos de cuñas incompletamente fijadas, incluso en zonas de alto esfuerzo y junto a los contrapesos de concreto. Según el informe, esta situación podría desencadenar una falla súbita en cadena, comprometiendo la estabilidad total de las graderías durante un evento masivo.

Inconsistencias en estudios de suelos y cimentación

El IDIGER detectó contradicciones entre los estudios de suelos elaborados en 2023 y 2024. Mientras un documento recomendaba cimentaciones con zapatas a 2 metros de profundidad, otro señalaba soluciones superficiales de apenas 0,9 metros. Estas diferencias no fueron aclaradas ni documentadas con memorias de cálculo ni con planos estructurales definitivos. El informe advierte que “la solución posiblemente ejecutada no corresponde a la cimentación proyectada en los informes técnicos suministrados” (p. 12, No 6) y recomienda implementar un sistema de monitoreo periódico para verificar deformaciones o asentamientos diferenciales. De no hacerlo, “estos esfuerzos podrían inducir solicitaciones no previstas que comprometan la estabilidad de la estructura durante su uso” (p. 12, No7).

Riesgo de encharcamiento e inundaciones

El terreno donde se levanta el escenario presenta una alta susceptibilidad a encharcamientos, según la cartografía oficial de amenaza (Decreto Distrital 555 de 2021). Fotografías y análisis multitemporales muestran que la zona se ha anegado en distintos periodos (2008, 2012, 2015, 2020). El informe advierte: “durante la ocurrencia de lluvias y aún más acentuado en temporada invernal, se formarán frecuentemente láminas de agua, implicando la necesidad de un soporte técnico adecuado del diseño de manejo de aguas lluvias” (p. 17). Según el informe el suelo de la zona está compuesto especialmente por arcillas y limos, lo cual puede acentuar las condiciones críticas de inundación del terreno y por consiguiente de hundimiento del mismo.  Si no se garantiza un sistema hidráulico dimensionado y probado, se incrementa el riesgo de fallas en la cimentación y, peor aún, accidentes por ahogamiento en los pondajes de recolección de aguas (p. 17).

 

Documentación preliminar y ausencia de diseños definitivos

Otro hallazgo alarmante es que buena parte de los planos y memorias estructurales revisados corresponden a versiones “preliminares”, sin firma de profesionales con matrícula vigente. Así lo señala el informe: “Los diseños presentados no corresponden a los diseños definitivos… la estabilidad estructural será comprobada por el cliente o por ingenieros externos” (p. 22). Esto no solo vulnera la Ley 842 de 2003, que exige responsabilidad profesional en diseños de ingeniería, sino que deja sin garantías a la ciudadanía sobre la validez técnica de la obra.

 

Riesgo de incendios

Otro de los aspectos que señala el informe hace referencia a una cubierta que se habría instalado bajo las gradas que puede ser riesgosa ante la caída de chispas de fuego, objetos o colillas de cigarrillo, que podrían desencadenar un incendio de grandes proporciones.  

Amenaza sísmica y vibraciones

El IDIGER también recomendó realizar un análisis especializado de vibraciones, midiendo los periodos fundamentales de la estructura en dos escenarios: vacío y con ocupación total. Este estudio es indispensable para evitar fenómenos de resonancia con actividades humanas típicas de conciertos (aplausos, saltos, movimientos rítmicos), que podrían amplificar peligrosamente las vibraciones y comprometer la estabilidad (p. 28).  

Una de las críticas más grandes que ha recibido el proyecto es justamente la inestabilidad de las graderías, que en el fondo pasa por la omisión tanto de la empresa promotora como de las autoridades de la ciudad, de exigir para la construcción del escenario el cumplimiento de las normas de construcción (licencia), entre las cuales está la NSR-10 norma de sismo resistencia.   

El informe concluye de manera contundente que ignorar estas alertas expone directamente a la población a escenarios de riesgo que podrían traducirse en graves accidentes y hasta pérdidas humanas.  

El IDIGER le exige a OCESA Colombia, promotora del proyecto, ajustar y complementar los estudios geotécnicos, hidráulicos, estructurales y de montaje, y presentar de inmediato el Plan de Gestión del Riesgo (PGRDEPP) y el Plan de Emergencias y Contingencias (PEC), de obligatorio cumplimiento por ley.

 

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