Un ´golpe´ conveniente

Autor: Mauricio Delgado

Un ´golpe´ conveniente

Finalmente llegó la hora en que el Consejo Nacional Electoral -CNE- tomó la decisión de investigar y formular cargos a la campaña presidencial de Gustavo Petro, vinculando al entonces candidato -y hoy presidente-, al gerente de la campaña Ricardo Roa, a la tesorera y a otros miembros de la organización que se estableció para enfrentar las elecciones presidenciales del año 2022, las cuales permitieron la llegada de Gustavo Petro a la conducción de los destinos de todos los colombianos.

El proceso que inicia ahora formalmente se da por la presunta violación de los topes electorales, en una cuantía superior a los 5.000 millones de pesos, lo más probable cierta, pues como en toda campaña electoral -o al menos en la mayoría-, se birlan los controles, se maquillan las cifras y se obvian los apoyos monetarios y en especie, ajustando en el papel las cuantías que se ´invierten´ para llegar a algún cargo de elección popular, sea en el ejecutivo o en el legislativo.

La opinión pública, la coalición de gobierno y la oposición sabían lo que se venía, pues fue muy  torpe el manejo y registro de los recursos de la campaña, en donde se incluyeron aportes de personas jurídicas como los sindicatos, se cambiaron facturas ya emitidas por otras de menor valor, no registraron -o falsearon valores- de algunos de los recursos utilizados y además le dieron un manejo inadecuado a la asignación de las responsabilidades de los gastos de la campaña, dejando evidencias que difícilmente se podrán revertir o desmentir.

Pero no pasará nada, como tampoco pasó con los candidatos Santos o Duque, por citar los últimos dos procesados por el CNE, al ser el término de prescripción de este proceso administrativo de tan solo tres años, lo que en este país de juristas astutos y expertos en dilaciones se convierte en un trecho sencillo de superar a través del vencimiento de tiempos para la investigación, lo que facilita su cierre, como sucedió con los dos antecesores del actual mandatario. De hecho, la defensa de la campaña había logrado ya dilatar por seis meses la toma de esta decisión inicial de investigar y formular cargos.

Se irán las semanas y los meses en peticiones de pruebas, en discusiones jurídicas, en presentación de recursos para resolver la competencia del CNE sobre el fuero -ahora integral- del presidente, en la que tomará partido hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tribunal favorito del mandatario, con lo cual, no llegará a tocarse al presidente ni siquiera en la sanción administrativa -única que puede imponer el CNE-. Tampoco se conducirá a nada si llega a abrirse proceso formal en la Comisión de Acusaciones, que sería la instancia encargada de lo penal y la única que podría proponer la salida del cargo del actual mandatario, como tampoco se dio con Santos y Duque.

Luego, el ´golpe´ blando, o como quiera presentarlo el presidente Gustavo Petro, solo sucederá en su narrativa. No hay nadie, o mejor, sería un suicidio que alguien estuviera confabulándose para sacar al mandatario de su cargo por la vía administrativa -un absurdo jurídico- o la penal, dado que es casi imposible declarar la indignidad de un mandatario en Colombia, por indigno que este sea. Así, el único interesado, a quien conviene generar un ambiente de ´golpe´ es el mismo presidente, ya que le permite oxígeno para lo que resta de su gobierno y para las elecciones de 2026.

En lo que toca a su gestión presidencial, la narrativa del ´golpe´ blando le dará argumentos que le permitirán justificar su mal gobierno. En lo que corresponde de las elecciones de 2026, le brindará un aire refrescante a las intenciones de dar continuidad al progresismo por otros cuatro años, en un momento en que el interior del Pacto histórico está fracturado, en donde el presidente solo es respaldado por uno de cada tres colombianos, en un escenario en donde las crisis – ¿explicitas? – de la energía y de la salud se empiezan a consolidar y cuando se va demostrando que sus promesas de campaña no se van a materializar.

Así, sobre la narrativa del ´golpe´ blando, el presidente se mantendrá cabalgando los 22 meses que quedan de su mandato, endilgando a esta invención su falta de capacidad para unir a los colombianos en consensos que ayuden a mejorar sus condiciones de vida como él lo prometió. Se escudará en el ´golpe blando´ cuando las cortes tumben sus decretos y logros legislativos, como sucederá con la reforma pensional que indebidamente tramitó el congreso de la República, o cuando sus reformas a la salud o la laboral encuentren obstáculos en el legislativo o no se logren tramitar.

La incapacidad de los ministerios y departamentos administrativos para ejecutar los presupuestos que permitan cumplir sus compromisos será culpa del ´golpe´ blando, no de la incompetencia de muchos de los miembros de su gabinete. También tendrá el ´golpe´ blando la responsabilidad de la caída de los nombramientos de funcionarios que llegan a los puestos sin cumplimiento de los perfiles. Como también cualquier asomo de denuncias de corrupción, de las que abundan en el gobierno, serán calificadas como ataques de la ´confabulación golpista´ de la oposición, la prensa y los empresarios.

De igual forma, sobre la narrativa del ´golpe´ blando se arreciará en el llamado a la movilización social, la misma con la que incendió al país y que le ayudó a ser presidente de la República, siendo esta ´asamblea permanente´ convocada una herramienta muy poderosa sobre la cual mantendrá azuzados los ánimos para presionar a los poderes legislativo y judicial, en abierta afrenta al equilibrio de poderes. Además, le permitirá al gobierno crear un ambiente de miedo en la ciudadanía, que influirá en su voluntad de opinar hoy y de votar mañana, todo con la intervención perversa de una demoledora máquina de influencia mentirosa en redes sociales, dirigida por sus cómplices catalanes, y con la salida a las calles de la ´primera línea´, estructura criminal que ahora recibe con beneplácito la noticia del decreto que busca que la fuerza pública privilegie el diálogo así esté bajo agresión en la protesta social.

Esta ´asamblea permanente´ además se constituye desde ya en la plataforma política sobre la cual el presidente Petro intentará aunar a las fuerzas y organizaciones progresistas del país para procurar ganar las elecciones en 2026 y mantenerse en el gobierno, si es que logra encontrar un nombre que genere consenso dentro de esa diáspora sobre la que está constituido el Pacto Histórico, con lo cual desde ya la prioridad del presidente estará en la promoción de la movilización social en desmedro de la gestión de gobierno, de por sí ya pobre.

Y en lo personal, eso del ´golpe´ blando si que mueve y le da energía a Gustavo Petro, pues acentúa ese carácter de mártir con el que se autopercibe, como se evidenció en su alocución de ayer donde dijo estar dispuesto hasta dar hasta su vida, o como cuando hace unas semanas dijo en la sierra nevada de Santa Marta ante la comunidad Arhuaca: ´quiero que me recuerden como un guerrero de la vida´, en suma, el presidente Petro se visualiza como el Salvador Allende de los colombianos. Pero este febril sueño se desvanece al ser la fuerza pública de Colombia una institución de tradición y actuar civilista, como lo ha demostrado inclusive teniéndolo a él como comandante en jefe, siendo imposible si quiera imaginar los tanques y los aviones allanando la Casa de Nariño.

De ahí que sin que exista la posibilidad de ´golpe´, el hecho de mantener la narrativa le permite al presidente Petro fungir del mártir que quiere ser. Lo que veremos en adelante será a un presidente dedicado a culpar a unos conspiradores -que no existen- de no dejarlo gobernar, justificando sobre el ´golpe´ cada uno de sus desaciertos, de sus omisiones y de sus frustraciones. Se tendrá a un presidente obsesionado con la paranoia de atentados en su contra y que se esmerará en sacar a la gente a las calles para hacer eco de su narrativa de ´golpe´ y con ello ambientar a un candidato que le suceda en su ideologizado mandato.

Mientras tanto, el país estará enfrentando las consecuencias del retorno a los niveles de inseguridad de los años ochenta, de inmenso miedo generalizado e incertidumbre -hasta con asaltos armados al Banco Agrario como se presentó ayer mismo-, como único efecto visible del ambicioso y mal gestionado propósito de paz total. Se estará padeciendo de los efectos en la vida y en la economía del país generados por las crisis de la salud y de la energía que el gobierno impávido y culpable ve crecer. Todo esto y mucho más. Pero claro, todo será culpa del ´golpe´ blando, pues a juicio del presidente, él tan solo es un mártir, un guerrero de la vida. Efectivamente, la narrativa del ´golpe´ blando sí que le es conveniente al presidente.

* El contenido de esta columna representa la opinión del autor, no la posición de ASB RADIO*