Autor: Mauricio Delgado
El Bravo pueblo venezolano
No podía ser de otra manera. Estaban dadas las señales del golpe que la dictadura se aprestaba a dar en las elecciones presidenciales de este domingo en Venezuela. Empezaron restringiendo la inscripción de la candidata de la oposición, una oposición que al final entendió que debería ir unida a luchar por la recuperación de la nación. Entre tanto, el régimen se esmeró en imponer condiciones imposibles y en limitar la posibilidad de inscripción para votar a los ocho millones de venezolanos que caminan errantes por el mundo. En los días anteriores a la justa electoral, amenazaron Maduro, Cabello y Padrino a toda la nación con mensajes perturbadores que presagiaban ´ríos de sangre´, en caso de ser adverso el resultado para el dictador. Y previo al día esperado se encargaron de limitar la presencia en el país de observadores internacionales invitados por la oposición, que ya avizoraba las perversas intenciones del régimen.
Llegó el día esperado, el 29 de julio de 2024 -que pasará a la historia por la aberración del régimen y, ojalá, por ser el día del inicio del fin de esta dictadura criminal- y Maduro y sus secuaces lo dieron todo por cerrar su plan, obstruyendo y limitando el inicio de las votaciones en cientos de puestos en todo el país y no permitiendo el acceso de los veedores de la oposición a la sede de la ´autoridad´ electoral -CNE-, teniendo así todo preparado y tal vez esperando que las votaciones fueran apretadas para manipular los resultados sutilmente y así reelegir al dictador. Pero todo se salió de cualquier parámetro porque lo que también era previsible sucedió, la marcha nacional que emprendieron María Corina Machado y el candidato Edmundo González no solo se convirtió en una fuerza electoral real y multitudinaria, sino además en una verdadera fiesta, un carnaval de esperanza que soñaba contadas las horas para la salida del dictador y sus lugartenientes del gobierno.
Una fuerza de tal nivel de contundencia, que no permitió que el CNE se atreviera a dar resultados parciales, pues la ventaja de González sobre Maduro era inmensa, de ahí la torpeza e irracionalidad matemática de ese primer -y único- reporte de resultados, que daba una pequeña ventaja al sátrapa, suficiente para que unas horas después, en la mañana del lunes, sin publicación de resultados desagregados, sin las actas para contrastar y sin ninguna evidencia de transparencia, osaran presurosamente por dar la credencial de ganador de las elecciones a Nicolás Maduro, triunfo espurio que por supuesto no ha podido celebrar, al ser claro para el mundo demócrata -del que no hacen parte Rusia, China, Irán ni Nicaragua- el fraude cometido criminalmente contra la voluntad del pueblo venezolano, el ´Bravo pueblo venezolano´.
Ni siquiera los países de izquierda lo apoyaron como corrían a hacerlo en el pasado. Chile, y Guatemala abiertamente censuraron el fraude. Brasil y Colombia, más cautos, optaron por recomendar medidas de comprobación de los resultados. México dejó la duda, al hablar de reconocer el resultado si el CNE confirmara la tendencia del primer y único comunicado, lo cual ya sucedió, más no hay pronunciamiento oficial -cerrando la noche del martes- de López Obrador. Por su parte, Estados Unidos, siempre hábil diplomáticamente, dijo a su manera que los resultados presentados por el CNE no eran posibles. Y en adelante, los demás países de Latinoamérica se desmarcaron abiertamente y exigieron trasparencia y respeto por la verdadera decisión de los venezolanos, dejando claro que para todos lo ocurrido fue un robo, un robo grosero, porque ni para mentir es bueno este régimen corrupto y criminal que se quiere perpetuar.
Tampoco podía ser de otra manera. Una vez recibido el duro golpe a la ilusión, a la esperanza de la mayoría del pueblo venezolano, en la mañana del lunes, unas horas después de haber ido el dictador a rendir tributo al ´comandante Chávez´ a su tumba para dar ´parte´ de su ´trampa victoriosa´, el ´Bravo pueblo venezolano´ empezó a marchar desde las barriadas populares hacia los centros de poder político y militar en varias ciudades del país, particularmente en Caracas. Este pueblo, este ´Bravo pueblo venezolano´, sin ser convocado por ningún líder opositor, espontáneamente se fue agrupando en una inusual marcha libertadora. Fueron delineando su camino hacia bases militares y hacia el ´palacio´ -hoy guarida- de Miraflores, mientras a su paso tumbaban las nefastas estatuas del fundador de la dictadura, Hugo Chávez, y destruían las vallas con las que se publicitó Nicolás Maduro en su campaña reeleccionista. Tuvieron a su paso refriegas con los ´colectivos chavistas´ -esa ´primera línea´ consolidada que con tanto afán quieren copiar por estos lares- y, no había opción, con unidades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana -FANB.
Llegó la noche de ese lunes postelectoral y con los disturbios, las quemas y la contención con fuego de advertencia de la ´primera línea´ chavista, empezaban a aparecer reportes de pérdida de vida de los manifestantes, esperándose que con el correr de las horas tristemente se irá acumulando la cuenta de muertos, de detenidos y muchos heridos. Al acabar el día este ´Bravo pueblo venezolano´ empezó su retorno a sus residencias, pues ellos son el verdadero pueblo, el que debe trabajar para suplir sus necesidades todos los días, no está financiado por nadie -como si lo está la ´primera línea chavista´- y nadie lo dirige, por lo cual lo más probable es que no sea sostenible con el pasar de las horas el mantener la intensidad de las protestas. En el amanecer de este martes los manifestantes se encontrarán de frente con una fuerza ya más organizada, a órdenes del dictador y de Vladimir Padrino que no se dejará sorprender y que empezará a incrementar la represión hasta el punto que sea necesario, en procura de desestimular esta lucha del ´Bravo pueblo venezolano´, tratando de devolver a la desesperanza y sumisión que acostumbran estos gobiernos ´socialistas del siglo XXI´.
No valdrán las evidencias de María Corina y Edmundo, quienes con las actas en mano irán por el mundo denunciando con pruebas el robo de las elecciones, pero estará ya dicho que ´Maduro y sus 40 ladrones´ estarán sembrados en el poder, gobernando con sus discursos grandilocuentes y con poco o nulo resultado en favor del pueblo que dicen defender, esto tan propio de los gobiernos socialistas de este lado del orbe, pues está claro que el socialismo es bueno solo cuando las naciones son muy ricas, como sucede con los países bálticos. No pueden María Corina, ni Edmundo, ni Leopoldo, ni Juan, ni ningún otro referente opositor asumir el liderazgo de las marchas espontáneas del ´Bravo pueblo venezolano´, pues se exponen a dar los argumentos al régimen para ir a por ellos para llevarlos presos. De hecho, ese remedo de fiscal que es Tarek Saab ya la emprendió contra ellos, dizque por intentar adulterar cibernéticamente los resultados electorales, con hipótesis de intentarse desde Macedonia del Norte, en donde con apoyo de los rusos seguro podrán armar un expediente, lo que obligará a María Corina a salir del país en breve.
El mundo entero, el civilizado y demócrata, que excluye a los países arriba anotados, pondrá el grito en el cielo. La ONU y la OEA -a la que Venezuela no pertenece-, lograrán sus acostumbrados resultados de estos casos: ninguno. Y nada cambiará, Nicolás Maduro tratará de perpetuarse. Aunque tal vez haya una única salida, una salida diferente a las poco probables de llevar legalmente al CNE al reconteo y a dar los verdaderos resultados o a esperar que Maduro, atendiendo el llamado del pueblo -del constituyente primario dirían por aquí-, dimita y reconozca el triunfo de Edmundo González. Esta solución podría estarse gestando con el apoyo las fuerzas armadas venezolanas, cuando al ver crecer la marcha de libertad del ´Bravo pueblo venezolano´ se resistan a acatar los llamados a producir los ´ríos de sangre´ con los que amenazó el dictador y terminen alineándose con el pueblo en contra de la dictadura, como ya está pasando en escalones muy bajos de la cadena de mando, con unidades en las calles que han evitado emprender la fuerza contra los manifestantes del ´Bravo pueblo venezolano´.
Tal vez un alto mando de las fuerzas armadas venezolanas se decida y pare el desangre que viene, pero para ello se deberá deponer al hoy ´verdadero hombre fuerte de Venezuela´, Vladimir Padrino. O tal vez sea él mismo quien decida apartarse de Maduro y se convierta en el artífice de una transición que se de en términos convenientes para él, para este avaro y criminal personaje al que seguro la comunidad internacional estará dispuesta a complacer si es necesario, a cambio de ver caer la dictadura. Se requiere para ello que la marcha de libertad del ´Bravo pueblo venezolano´ no decaiga, por el contrario, debe crecer -con todo lo que esto significa-, con la esperanza que con el pasar de las horas se vayan sumando disidentes de las FANB, quienes también provienen de este ´Bravo pueblo´, el mismo pueblo al que el dictador les ordena apuntar sus armas. Una solución posible pasa porque el ´Bravo pueblo venezolano´ se siga haciendo sentir y esperar que a este esfuerzo se sume la presión internacional para que el dictador dimita cuanto antes.
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Y no se puede obviar lo que compete a la posición del gobierno colombiano, al manejo de la grave situación que nos afecta al compartir una frontera viva y compleja con Venezuela. El canciller Murillo apenas ha emitido una comunicación en el sentido de pedir una ´auditoría independiente´, que en el fondo significa que no se aceptan los resultados corruptos del CNE. Mientras tanto, la opinión pública reclama la posición directa del presidente Petro, quien extrañamente ha estado ausente de ´X´, su tribuna favorita, desaparecido de sus acostumbrados ´posteos´ tan polémicos como difusos. Pero la realidad es que es más fácil decir lo que se piensa desde la Casa de la Moneda en Santiago o la Casa Rosada en Buenos Aires, que lo que se diga desde la Casa de Nariño en Bogotá, pues la relación de Colombia y Venezuela es ´limitada´, no sin límites geográficos como la tienen Chile y Argentina con Venezuela, siendo cualquier postura del ejecutivo generadora de consecuencias, que por supuesto van más allá de un rompimiento de relaciones diplomáticas.
Sin embargo, ya han pasado más de 24 horas y el presidente Petro no ha dejado saber su posición oficial y esto solo deja dos opciones para entender. La primera, la ideal, que el presidente Petro no ha salido a expresarse de viva voz por estar ´trabajando arduamente´ con la dictadura y la comunidad internacional en la búsqueda de una salida para que Maduro deje Miraflores y permita que el curso de la democracia siga su rumbo, convirtiéndose así el presidente Petro en el líder mundial que pretende ser. La segunda, lamentablemente la más probable, es que no sabe que camino tomar, pues como lo dijimos la semana pasada en este espacio, cualquier posición que asuma, sea en favor de Maduro o de Edmundo, lo dejará desubicado, en el lugar equivocado. No ayudaron sus áulicos con sus ´posteos´ del domingo en favor del ´robusto sistema electoral venezolano´ y conociendo el andar presidencial del mandatario colombiano, a hoy lo más seguro es que alguien le tenga ´secuestrado´ su celular para evitar que Gustavo Petro sea él y salga con algún desatino que traiga consecuencias lamentables. Pero lo cierto es que la ´tímida´ manifestación del canciller Murillo de tímida no tiene nada, porque en el fondo queda claro que Colombia no reconoce los resultados. Falta ver si el presidente se mantiene en esa postura o si deja salir al Gustavo Petro que en realidad habita en él.
* El contenido de esta columna representa la opinión del autor, no la posición de ASB RADIO*
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